1.- Preséntate
Identifícate y saluda, el paciente debe saber quién le atiende.
2.- Cada paciente en único
Todos tienen nombres, apellidos y necesidades diferentes.
3.- Ponte en su lugar
Reconoce y respetas las ideas, creencias, valores, opiniones y preferencias del paciente. Trátalo como te gustaría que te trataran a ti.
4.- Escucha al paciente y hazte entender
Procura que el paciente se sienta escuchado, utiliza un lenguaje compresible para él y comprueba que te entiende.
5.- Cuida la comunicación no verbal
Tus gestos, miradas y silencios también hablan. Todo es comunicación.
6.- Respeta la intimidad del paciente
Protege su espacio. El paciente da el permiso para que entremos en su privacidad, pero también la responsabilidad de cuidarla. La habitación del paciente es su hogar.
7.- Confidencialidad de los datos del paciente
La historia clínica pertenece a la intimidad del paciente, debe ser tratada con la discreción que merece.
8.- Asegura la tranquilidad del paciente
Facilita su comodidad durante su paso por el área de salud. Habitar en un entorno adecuado, ayuda al paciente en su recuperación.
9.- Crea el ambiente.
Cada paciente tiene características únicas que se relacionan del por qué asistieron al lugar, por lo que, si es necesario, regula la luz, modula la voz y el contenido de tus conversaciones.
10.- Promueve la autonomía del paciente
Fomenta siempre la autonomía de los pacientes, así lograrás una mejor relación y el trabajo resultará más ameno.